La obra “El
Caballero Carmelo” nos lleva a la realidad del pueblo iqueño en aquella época y
nos adentra más allá, nos hace vivir en carne propia la vida en el campo.
Abraham Valdelomar nos hace rememorar aquellos tiempos valiéndose para ello de
sus propias experiencias y con gran maestría hace uso de su narrativa para
describirnos una de las tantas costumbres arraigadas en el pueblo como son las
peleas de gallos.
El Caballero Carmelo
representa al coraje por continuar a pesar de las adversidades, representa la
gallardía y el alma de un caballero que hasta el último momento se mantuvo
firme y valiente.
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